A primera vista, uno podría pensar que el balizamiento marítimo habla un lenguaje universal. Sin embargo, existen dos sistemas distintos utilizados en todo el mundo. ¿A qué se debe esta particularidad? Exploremos juntos la historia de las Regiones A y B y descubramos cómo siguen guiando con seguridad a los navegantes hoy en día.
Al igual que las señales de tráfico guían a los conductores en tierra, el balizamiento marítimo marca las rutas de navegación y señala los peligros para garantizar una travesía segura en el mar. Las ayudas a la navegación, ya sean instaladas en tierra o en el mar, permiten a los navegantes orientarse, especialmente al acercarse a puertos, ríos o estuarios.
A diferencia de la señalización vial, que está ampliamente estandarizada a nivel mundial, el balizamiento marítimo ha reflejado durante mucho tiempo tradiciones locales muy diversas, lo que ha llevado a una falta de homogeneidad entre regiones.
Hasta 1976, existían más de treinta sistemas de balizamiento diferentes en uso en todo el mundo, muchos de ellos con reglas contradictorias. Esta falta de armonización complicaba la navegación internacional y representaba un riesgo para la seguridad de los marinos al cruzar diferentes zonas marítimas.
Para resolver esta compleja situación, se decidió establecer dos sistemas mundiales:
Posteriormente, ambos sistemas fueron integrados en un marco común conocido como “Sistema de Balizamiento Marítimo de la IALA”, conforme a los estándares de la Asociación Internacional de Señalización Marítima y Autoridades de Faros (IALA).
Tradicionalmente, en Europa, África, Asia y Oceanía, las boyas rojas se colocaban a babor al entrar a puerto. En cambio, en América del Norte, América del Sur, Japón y Filipinas, se situaban a estribor. Imponer un estándar único habría perturbado siglos de navegación y habría generado confusión entre los marinos.
La solución adoptada fue pragmática: mantener dos sistemas, distribuidos según zonas geográficas:
Aunque el principio básico es el mismo —el rojo y el verde indican los lados de un canal navegable— la interpretación varía según el sistema:
Truco mnemotécnico para la Región B: “Red Right Returning” — el rojo a la derecha al regresar al puerto.
Actualmente, aproximadamente el 80 % del mundo utiliza el Sistema A, mientras que el 20 % sigue el Sistema B. Aunque esta dualidad pueda parecer sorprendente, la seguridad está garantizada gracias a que:
En definitiva, esta diversidad respeta la herencia marítima sin comprometer la seguridad.
La idea de establecer un sistema de balizamiento marítimo único sigue surgiendo periódicamente en los debates internacionales. Sin embargo, mientras las prácticas históricas sigan profundamente arraigadas y la seguridad no se vea comprometida, ambos sistemas continuarán coexistiendo.
En GISMAN, colaboramos con autoridades marítimas y operadores portuarios de todo el mundo para ofrecer soluciones de balizamiento fiables, sostenibles y conformes con las normas de la IALA.
Porque más allá de los distintos sistemas de balizamiento, hay un objetivo común que nos une: Garantizar la seguridad de los navegantes y proteger el medio marino en todo el planeta.
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