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Faros franceses: joyas del patrimonio marítimo de Francia metropolitana y de ultramar

Símbolo de seguridad para los navegantes, obra maestra de la ingeniería, referencia mítica y cultural... el faro representa una parte esencial de nuestro patrimonio marítimo y tecnológico. En Francia, es testigo de varios siglos de historia marítima, desde los acantilados de Bretaña hasta los confines de los territorios de ultramar.

Embárquese en un recorrido por los faros más emblemáticos de la Francia metropolitana y de ultramar: una travesía entre hazañas técnicas, patrimonio e historia legendaria.

Faros icónicos de la Francia continental: centinelas de piedra y luz

Cordouan: el rey de los faros

Faro de Cordouan

Inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, el faro de Cordouan, situado en la desembocadura del estuario de la Gironda, es el más antiguo aún en funcionamiento en Francia. Combinando majestuosidad arquitectónica e innovación técnica, es el único faro marítimo abierto al público. Su apodo: el “Versalles del mar”.

Ar-Men: el infierno de los infiernos

Faro Ar-Men

Erigido sobre una diminuta roca frente a la isla de Sein, Ar-Men es sin duda el faro más legendario de Francia. Construido en uno de los entornos marítimos más hostiles, su edificación tardó 14 años. Su nombre, que significa “la roca” en bretón, refleja perfectamente la dureza del lugar.

Faro de Goulphar: la vigía de Belle-Île

Faro de Goulphar

Situado sobre los acantilados de Belle-Île-en-Mer, el faro de Goulphar es un equilibrio entre fuerza visual y elegancia arquitectónica. Ofrece un panorama espectacular y sigue siendo un punto de referencia estratégico para la navegación costera bretona.

Una placa de hierro fundido, datada en 1930, atestigua la intervención de la empresa Barbier, Bénard & Turenne (BBT) en una fase de modernización, durante la cual se suministró el sistema óptico doble, la cubeta de mercurio y el mecanismo eléctrico de rotación del faro.

Faros de ultramar: balizas tropicales de alto valor estratégico

Faro Amédée (Nueva Caledonia)

Faro Amédée

Una joya de la ingeniería francesa exportada. Este faro metálico desmontable de 56 metros fue construido completamente en París y luego transportado a Nouméa. Aún hoy guía a los barcos a más de 45 km de distancia.

Faro de La Caravelle (Martinica)

Faro de La Caravelle

Ubicado en la cima de la península de La Caravelle, este faro ha vigilado la costa atlántica de Martinica durante casi un siglo. Con impresionantes vistas al océano y a los paisajes verdes de la reserva natural, es un símbolo ecológico, histórico y técnico.

En 1926 se llevó a cabo una importante modernización con la intervención de BBT, que instaló una lente de Fresnel escalonada de 3er orden, con destellos rotativos sobre cubeta de mercurio. La linterna y el sistema de rotación motorizado por engranajes también llevan la firma de BBT, reafirmando la excelencia francesa en balizamiento marítimo sostenible y exportable.

Faro de Petite-Terre (Guadalupe)

Faro de Petite-Terre

Aislado en un islote salvaje frente a Saint-François, el faro de Petite-Terre es un testigo valioso de la historia marítima de Guadalupe. Construido en 1840, es uno de los faros más antiguos de los territorios franceses de ultramar. Antiguamente guiaba a los navíos evitando los peligrosos arrecifes de coral. Actualmente fuera de servicio, pero clasificado como monumento histórico, domina una reserva natural protegida con una biodiversidad excepcional.

De BBT a Gisman: una herencia preservada

Durante casi un siglo, la empresa BBT (Barbier, Bénard & Turenne), pionera en la fabricación de faros, ópticas y sistemas de iluminación, dejó su huella en la construcción y exportación de estos equipos en todo el mundo.

Ese saber hacer excepcional no ha desaparecido. Gisman es heredera directa de esta tradición industrial y técnica. Hoy en día, la empresa perpetúa y reinventa este legado diseñando ayudas a la navegación (AtoN) robustas, conectadas y sostenibles, que iluminan, señalizan y aseguran los mares del siglo XXI.

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